Vacaciones en Madrid

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Hola a todos!!!

Después de todos estos meses sin publicar nada (no por no querer, sino por no tener tiempo...), espero ir creando nuevas entradas y poder seguir compartiendo con vosotros todo lo que me parezca interesante.

Para empezar os voy a hablar de dos sitios que merece la pena visitar en Madrid en verano. Este año me ha tocado pasar las vacaciones en Madrid, y para no acabar aburrido y tostado, he hecho dos escapadas que no os podeis perder.

La primera fue a la llamada Playa de Parla. Esto fue un experimento. No la conocíamos, pero sabíamos de su existencia y decidimos probar. Se puede ir, aparte de en coche, en Cercanías hasta Parla, y luego andando un poco, o cogiendo un autobus en la Plaza Elíptica que te deja en la puerta. Aquí podeis verla.




Se trata de una piscina urbana con la peculiaridad de tener arena de playa en los límites de la piscina, agua salada, y un fondo que, mediante un desnivel, trata de imitar una autentica playa, desde la orilla hasta la parte más profunda.

Las instalaciones, así como el cesped, están muy cuidados.


La entrada cuesta unos 6 euros para los de Parla, y unos 10 para los de fuera (cosa que me pareció curiosa). Nada más llegar, y entragando alguna identificación, te dan una sombrilla (gratis) que puedes plantar en alguno de los múltiples soportes diseminados por el cesped. Para comer, hay que acercarse a los merenderos habilitados para tal menester, o acercarse a la cafetería donde se puede comer de menu.


Dispone de una pequeña piscina para los más peques, y otra donde tienen un pequeño tobogán, pensado para los niños.
Aquí nos teneis recien salidos del agua.


La verdad es que es un sitio muy recomendable, de visita obligada en verano. Es lo más parecido a una playa que tenemos en Madrid. Da gusto tumbarse en el cesped bajo tu sombrilla, disfrutar de agua salada donde poder flotar tranquilamente o simplemente sentarse en la orilla como si de una playa se tratara.

El otro sitio del que os quiero hablar es uno de mis sitios preferidos de Madrid en verano, las piscinas naturales de Cercedilla. Este precioso lugar se encuentra situado en plena sierra de Madrid. Lo mejor es ir en coche, pero si no se tiene, toca ir hasta Cercedilla y luego subir hasta las piscinas, cosa que no os recomiendo salvo que vayais buscando una bonita ruta senderista. Son unos 4 kilómetros, todos cuesta arriba. Los dos primeros (que a mi me parecieron 5), hasta llegar a una caseta de información. Desde alli, el camino discurre a través del bosque, aunque siguiento una carretera asfaltada.


Como he dicho, realmente bonito, pasando por arroyos, puentes, casas preciosas y una exhuberante vegetación. El camino se haya plagado de plantas, entre las que destacan enormes zarzas donde, si vas en la época del año adecuada, puedes ponerte ciego a comer deliciosas moras.


Nosotros llegamos un poco pronto, y les faltaban unas semanas para estar en su punto, pero nos atrevimos con las más maduras y os puedo asegurar que estaban tremendas. Aquí teneís a Cris intentando reponer energías.



Al fin conseguimos llegar, casi llorando por el cansancio, a las taquillas. La entrada cuesta unos 5 euros. Se pasa por una zona dedicada a un parque de ocio, con tirolinas y puentes colgando de los arboles, y tras atravesar un arroyo, se llega a las instalaciones de las piscinas.



Son dos piscinas, comunicadas por una catarata preciosa, que beben del agua de la sierra tratada con cloro, con lo que el agua está muy fría, pero con los calores de Madrid, y despues de hora y pico de triscar por el monte, es gloria bendita... La piscina superior tiene menos profundidad, y la inferior va desde los 3 metros hasta el metro y medio, y comunica con una pequeña piscina para los niños.


Como veis, el lugar se encuentra enclavado justo en medio de la sierra. Dispone de gran cantidad de cuidado cesped, desde el cual te puedes tumbar y ver todos los montes y bosques que te rodean. Es impresionante. Dispones de la sombra que te ofrecen los pinos diseminados por la piscina, unos enormes vestuarios y baños y un bar donde comer. No se puede comer en el cesped, pero se puede ir a una zona habilitada con mesas de madera en medio del pinar y a pocos metros de la piscina donde se puede comer tranquilamente.



El frescor de la sierra, el agua fría y las maravillosas vistas hacen de esta piscina un lugar ideal donde pasar las calurosas jornadas del verano madrileño. Como he dicho, unos de mis lugares favoritos.

Espero que os haya gustado y que os animeis a visitar y disfrutar de algunos mejores sitios de Madrid donde pasar el verano.

Un saludo.

El pachorra... un hombre tranquilo