El Campo del Moro

Desconocido incluso para muchos madrileños, los jardines reales del Campo del Moro es un estupendo jardín situado bajo el Palacio Real, tras el gran desnivel que daba fortaleza defensiva a las antiguas murallas madrileñas. Estos Jardines deben su nombre a que este lugar era usado por los musulmanes (almorávides o almohades) para acampar las tropas que sitiaban la ciudad en la edad media, de ahí que popularmente se le conociera como Campo del Moro. No se le llamó así hasta el siglo XIX.
Los terrenos donde se encuentra fueron adquiridos por Felipe III a comienzos del siglo XVII, para convertirlos en jardín de su residencia y escenario de fastuosas fiestas cortesanas. Cuando en el año 1734 el Alcázar quedó destruido a causa de un incendio, se decidió levantar en su lugar un gran palacio. Los jardines rodean el majestuoso edificio del Palacio Real. Durante la construcción del Palacio Real, los jardines fueron usados como escombrera.

Felipe IV mandó acondicionar el lugar, construyendo fuentes y plantando numerosos olmos. Hasta el siglo XVII su destino hacia las veces de lugar de caza menor. La creación del Jardín del Campo del Moro no se inicia hasta el reinado de Isabel II, en estos años se diseña un gran parque y se instalan las fuentes de los Tritones, traída del Palacio de Aranjuez y la de las Conchas, procedente del Palacio de Boadilla. Desgraciadamente con la caída de Isabel II hubo un periodo de abandono y descuido en el que se perdió una parte del diseño del jardín que era de tipo romántico. No fue hasta la Regencia de María Cristina cuando se inician una serie de obras de recuperación, otorgándole el diseño actual siguiendo el trazado de los parques ingleses del siglo XIX. Al igual que sucediera con la Casa de Campo, esta posesión real pasó a formar parte del municipio en 1931.

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